Pertenecían a períodos estilísticos diferentes, pero tenían, sin embargo, muchísimas cosas en común. Olivier Messiaen y Anton Bruckner se situaron entre los organistas más destacados de su tiempo y ambos se hallaban profundamente enraizados en la fe católica, la cual influyó de manera considerable en sus obras. Zubin Mehta combina Et exspecto resurrectionem mortuorum de Messiaen, un Que gracia y seriedad no son mutuamente excluyentes puede comprobarse en esta relación de vecindad entre el Concierto para piano núm. 18 de Mozart y Oiseaux exotiques de Olivier Messiaen, ambas obras de una ligereza juguetona y una profunda sustancia, que pudieron escucharse en interpretaciones de Mitsuko Uchida. Para concluir, el director Simon Ratle ofrece «un excéntrico viaje a través
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